jueves, 19 de abril de 2018

Una escuela pública para tod@s




Llega el momento, como cada año en estas fechas, en el que muchas familias han de ordenar sus preferencias para elegir el centro educativo de sus hijos e hijas porque comienza el proceso de escolarización para el curso 2018/2019, y como presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado en centros públicos de Aragón (FAPAR), quiero dirigirme a todas las familias que accedan por primera vez al sistema educativo para trasladarles la responsabilidad que tiene la elección e invitarles a que lo hagan en la escuela publica.

Desde la Federación, ponemos en valor la importancia de este momento para las familias, al fin y al cabo se va a elegir el centro educativo donde nuestros hijos e hijas van a pasar muchos años de su vida y donde van a crecer como personas, donde van a relacionarse con otros niños y niñas, donde van a comprender la importancia de la vida en sociedad y donde, siempre unidos de la mano centros y familias, van a forjar su personalidad. Momento que se vive con ilusión pues, sin duda el acceso al colegio es una señal del crecimiento de nuestros hijos e hijas y con su incorporación al sistema reglado de aprendizaje se cumple un derecho fundamental de todos a la educación, que va a permitirles su desarrollo posterior.
Desde estas líneas quiero compartir reflexiones fruto de la historia de la Federación, que este año cumple 40 años, historia a la que han contribuido todas y cada una de las personas, asociaciones y familias que han pasado por ella desde su fundación.

Presenciamos cada día noticias relacionadas con la educación, con enfrentamientos debido a los distintos intereses, con mensajes contradictorios lanzados a la sociedad y con demasiada puesta en valor del individualismo frente a lo colectivo. Desde la Federación lo observamos con la visión de haber trabajado desde el asociacionismo durante estos cuarenta años, y adaptando nuestros objetivos a los cambios y transformaciones que la sociedad demanda, pero sin perder nunca el objetivo de defender una escuela pública como motor principal de transformación de la sociedad, una escuela pública donde se formen los ciudadanos íntegramente, una escuela pública donde se garantice la igualdad de oportunidades para todos y todas, una escuela publica donde se formen ciudadanos libres.
  • Una Escuela Pública de todos y todas, y para todas y todos. Este eslogan que hace unos años acuñamos como defensa de un bien común y del derecho fundamental de la educación, toma en la actualidad un significado más profundo ante la desconfianza que se trasmite hacia el servicio público. Y es necesario que los ciudadanos creamos y apostemos porque ese servicio público sea el camino para construir un entramado social en el que desaparezcan las diferencias sociales y se cree una sociedad más justa, solidaria y respetuosa.
  • Una Escuela Pública para todos y todas porque en ella cabemos todos y todas, respetando las múltiples diferencias, sin distinciones de sexo, raza, religión, cultura o nivel socioeconómico. Porque eso ya es una garantía para cualquier padre o madre que quiera que sus hijos e hijas, además de la necesaria adquisición de conocimientos y saberes, reciban también formación en valores cívicos, universales, democráticos y comunes a todos y a todas en los que prevalezca la inclusión, la igualdad de oportunidades, la colaboración, la convivencia, el respeto, la solidaridad…, en definitiva, todo aquello que les va a ayudar en su vida a desenvolverse en un mundo plural y diverso, potenciando sus múltiples y diversas capacidades.
  • Una Escuela Pública de todos y todas porque tenemos la convicción de que en ella es tan importante transmitir conocimientos como enseñar a utilizarlos, para lo que se emplean nuevas e innovadoras metodologías, que incluyen la gestión de las emociones que fomenten la creatividad, la convivencia; emociones que no reducen ni condicionan ese conocimiento, porque vivimos en un mundo globalizado que requiere amplitud de miras.
  • Una Escuela Pública para todos y todas, porque la queremos integrada en su entorno, en los barrios o en los pueblos, preocupada y ocupada por sus vecinos, interactuando en su realidad y corresponsables de su transformación.
Porque la Escuela Pública la hacemos entre todos y todas creando un sentimiento de pertenencia a ella entre el alumnado, las familias y el profesorado, siendo los padres y madres participes en la construcción del modelo educativo, desde la libertad de hacerlo que nos da un servicio público no sujeto a intereses privados, particulares o sectarios,

Y todo eso es la Escuela Pública, para cuya defensa no necesitamos de la confrontación, sino que nos basta con hacer un recorrido por sus aulas. Por eso me permito invitar a todos los padres y las madres a que lo comprueben visitando los centros en los días de puertas abiertas, preguntando por sus proyectos educativos, por sus metodologías, por sus servicios y actividades, por sus modelos de participación, que se acerquen a conocer a sus equipos directivos y a las Asociaciones de Padres y Madres que lo integran. Todo esto además se puede completar con el acceso a vídeos grabados en los centros públicos por miembros de sus respectivas comunidades educativas, donde cuentan la realidad que viven a diario.


Porque allí encontrarán respuestas a sus necesidades y sobre todo porque en todos y cada uno de los centros públicos se encuentran las respuestas a sus ilusiones y sueños. Por eso, animo a las familias a escolarizar a sus hijos e hijas en la escuelas pública de su barrio o pueblo, con cuya elección se adquiere la responsabilidad de trabajar por ella, haciéndola crecer y mejorándola. Porque esta es la forma de contribuir al crecimiento de una sociedad más justa y donde nuestros hijos e hijas crezcan como ciudadanos libres y con sentido crítico que les ayude a desenvolverse en una sociedad plural.


Flor Miguel Gamarra

Presidenta de FAPAR

Abril 2018

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